Talent shows y talento musical: talento o espectáculo.
Cada año miles de artistas se presentan a talent shows con la esperanza de empezar su carrera profesional. Talent shows como “Tú sí que vales”, “Got talent” o “La Voz” prometen dar una oportunidad a los artistas emergentes para darse a conocer. Sin embargo, se preguntan si estos programas de talentos valoran el talento musical o priorizan el espectáculo. Por lo tanto, estos formatos priorizan el espectáculo antes que el talento real.
Un claro ejemplo es el caso de Rosalía, que fue rechazada en “Tú sí que vales” antes de convertirse en una artista internacionalmente reconocida. Rosalía no es el único caso que sorprende. Esto nos lleva a reflexionar sobre si realmente los talent shows valoran el talento o simplemente buscan el espectáculo a modo de reality.
Nos cuestionamos Talent shows y talento musical: ¿talento o espectáculo?
El show frente al talento musical. Talent shows y talento musical: ¿talento o espectáculo?
Los talent shows buscan entretener. Por eso, suelen caer en la tentación de apostar por historias personales o enfrentamiento entre concursantes. Esto los convierte en reality shows. Aunque este tipo de contenido puede comportar el aumento de audiencia, pierden su propósito original. Descubrir y promover el talento musical.
Esta búsqueda por el rating y la viralidad lleva a las productoras de los talent shows a buscar concursantes que encajen en un perfil determinado. Destacan quienes tienen historias personales que impactan. Los que generan un revuelo en la audiencia. Se busca el espectáculo y no tanto el talento musical o originalidad artística.
El caso de Rosalía: un talento en el momento y lugar equivocados
En 2008, Rosalía se presentó en el talent show “Tú sí que vales”. Su actuación no convenció al jurado. La descartaron porque no encajaba con el perfil buscado. Consideraban que no tenía suficiente talento como para estar en el programa. Rosalía ofrecía una propuesta flamenca demasiado arriesgada. Su arte no encajaba con el modelo del talent show.
Sin embargo, hoy en día Rosalía es una estrella mundial. Es reconocida por su personalidad artística y rompedora, capaz de trascender en un entorno competente y complejo. El mundo entero reconoce su innovación y autenticidad.
Por este motivo, el caso de Rosalía muestra cómo los talent shows pueden ignorar un talento musical único. Esto demuestra que no todos los artistas pueden brillar por aparecer en televisión. También demuestra que los talent shows limitan al talento y al artista emergente.
Volver a poner el arte en el centro del escenario
Aunque muchas veces los talent shows pueden funcionar como “catapulta” para muchos artistas emergentes, no se deben considerar la única forma para darse a conocer. Para volver a poner el arte en el foco de mira, se necesita crear espacios donde el talento se pueda desarrollar sin presiones mediáticas. Lugares donde no se ponga por delante a la historia personal del artista por encima de su voz Un espacio seguro para crear y romper con lo ya establecido.
Las industrias tradicionales de la música han favorecido el concepto de “artista comercial”. Han dejado de lado a propuestas innovadoras y profundas. Para que la música siga evolucionando y emocionando, hay que pensar nuevas modelos de descubrir artistas. Hay que buscar nuevos escenarios que prioricen el verdadero talento antes que la espectacularidad que tanto gusta a los programas de talentos.
Por eso, cada vez hay más plataformas que permiten que los talentos emergentes presenten sus obras sin adaptarse a un modelo industrial con perfiles ya determinados. Poner el arte en el centro significa recuperar el sentido de la palabra talento. Se trata de recibir propuestas diferentes y arriesgadas. Propuestas que tal vez no encajan en un plató de un programa televisivo, pero sí que pueden triunfar en el mundo real.
Conclusión: ver más allá del espectáculo
En definitiva, el verdadero talento no necesita un show para brillar. Necesita oportunidades reales y otras plataformas distintas a la televisión que se atrevan a mostrar aquello diferente. Quizás así podamos descubrir a la próxima gran estrella, aunque no entre en los modelos de las industrias televisivas de programas de talentos.
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